Mi examen de 1erKyu Aikido

Tengo todas mis pequeñas y grandes historias tan retrasadas para contaros, que ni sé por donde empezar... Bueno, pues, hoy, voy a hacer una crónica de mi examen de primer Kyu de Aikido, que tuvo lugar en el Entrenamiento Conjunto de Villava el 7 de este mes de junio.

 Estaba nerviosísima, como siempre y como es comprensible. Había estado entrenando con mi Uke Gorka Zapata por un par de meses o así. Todo pasó a la vez: entrenar todas las clases para mi examen de Aikido, preparar mi exposición ‘Homenaje Azul,’ hacer el proyecto de ‘Infancia Flotando’ del certamen de Gero Arte, y realizar los proyectos de la boda de nuestros compis Aikidokas Berti (Berta) e Igor.... No he parado, y no podía permitírmelo... Cada día entrenando, unos detalles que se me escapaban, y luego cuando llegaron los simulacros me quedaba en modo repetición o en blanco, y por eso tenía muchísimo miedo de que también me iba a pasar en el tatami el día especial de los exámenes.

 Pero al final, entre entrenar con mi compañero Sergi Basterra y su excelente Uke y practicante veterano de Villava, Pachi Yoldi, fuimos ‘harmonizando’ más o menos, mi Uke Gorka y yo. Encima, era la primera vez que me examinaba en frente de gente que entrenan en otros clubs y dojos. Mis exámenes de Aikido siempre han sido con mis compañeros de Villava, algo que todavía da un muchos nervios, pero mucho menos que en frente de 40 y pico o menos caras.

 En fin, nos examinamos Sergi y yo ante el tribunal que fueron Javier Zubieta, Javier Bravo, y por sorpresa, Antonio Armendáriz en representación de Miguel Ángel Monreal que no pudo acudir al evento este día. Primero, los nervios me comían la cabeza como una manzana apetitosa, y no podía concentrarme en el repertorio de técnicas que quería realizar todo este tiempo, sobre todo con los ‘jiyuwaza’ sobre los ataques yokomenuchi y chudantsuki. El jiyuwaza sobre ‘maegiri’ hice bien, creo, porque no tenía muchas técnicas. Empecé también con un ritmo muy rápido, en mi opinión, y así que rápidamente me encontraba sin respiración. Mucha gente me comentó que era asombroso para ellos que no ‘sudaba,’ pero yo, de verdad que sentía un río inundándome (y hay fotos que demostran goticas en mi escote, y luego a la noche, duchandome, encontre bolitas de pelo enrollados por el sudor, detrás de mi nuca). Y también, otros me acusaron de ser ‘bruta’ con mi uke Gorka. Que si, tengo que reconocer que en un exámen, uno está tan concentrado en hacerlo bien, y en no equivocarse, que uno se ‘olvida’ un poco de su Uke. Y es verdad, me olvidé un poco, pero  porque tenía plena confianza en Gorka. Es un Uke buenísimo, amable, generoso...  muy venerado por mi, y para mi, y a estas alturas ya le considero del mismo nivel de primer Kyu. Yo estoy atada a él, y entonces, para nada ha sido por dañarle, y ser ‘bruta’ por serlo y sin más. Pero lo que ocurre es que con los años he ido aprendiendo y confiando en mí misma, en mi capacidad de sacar mi propia energía. Eso nunca lo hacía antes, y ni en mi primera clase de Aikido jamás podría haberlo soñado. Era la típica txiquilla, tímida, tranquila y avergonzada, que nunca había hecho un deporte con su cuerpo y que se niega a caer y rodar sobre el tatami. Pero, con los años, he ido transformandome, ¡¡¡y Gracias a Dios!!! Por toda la gente que ha ido apoyándome, y sobre todo creyendo en mi. A Javier Bravo que me conoció en mi primera clase de Aikido, como he contado en mi post anterior. A él no le cabe duda de mi transformación. Toda ha ido para mí, para mejor, así que no tengo derecho a quejarme. De verdad que debo muchísimo a la gente que ha ido creyendo en mi. Cuando pienso en ello, me maravilla, porque, a veces, una parte de mí sentía que no tenía el derecho de crecer y aprender tanto.... En mi camino del Budo, mi Dojo en Villava y mi profesor Javier son los pilares fuertes de mi crecimiento, y también, jámas olvidaré a Raúl Senpai que me apoyo tanto en la Escuela Wuji y que creyó en mí fuertemente.

 Volviendo a mi examen, creo que me merezco el cinturón marrón, pero más por los años y dedicación que tengo por el Aikido Aikikai. Durante el examen, un montón de detalles se me fueron volando, y creo que todavía, técnicamente falto muchísimo, por el tipo de cuerpo que tengo. Al principio pensé que el Aikido me ayudaría a recuperar la rodilla izquierda que tengo mal desarrollada desde nacimiento, pero más y más tengo la impresión que va a peor. No sé cuanto tiempo más me dejará practicar, y ojalá puedo decir que hasta el resto de mi vida practicaré Aikido!!! Pero lo cierto es que para mi es un handicap grandísimo en mi cuerpo. Yo, por mi parte, haré todo el esfuerzo que pueda todos los días que pueda. y siempre pienso que estoy al límite... pero ‘el miedo’, del que siempre me habla Javier, tengo muchísimo miedo de que nunca se irá... porque quizás si no tuviera este handicap, sería más fácil perderlo. Pero mi realidad es que siempre que puedo, tengo que tener la sensación de cuidarme durante todo el tiempo de las clases.

Así que haciendo las técnicas de suelo (los hanmihandachi y suwari Wazas), como siempre no podía absorber sobre todo sobre el ataque de Katatedori . También, no sé como hice de mal  sobre el ataque de Eridori, pero ya notábamos Gorka y yo que tenía dificultad realizado técnicas sobre este ataque a pesar de, en este caso, mi favorecedora altura. Otra técnica que necesito cumplir bien y trabajar más sobre ellos son los Koshinages. Pero que al final, creo que por los Koshinages, tenemos ‘todos’ tendencia a pensar que lo hacemos bien, y lo hacemos todos igual de mal. Yo creo que son dificilísimos de dominar y controlar, incluyendo a los grandes y ‘brutotes.’

 Con mi examen, no pude admirar a el de mi compañero Sergi, pero seguro que estuvo haciendo súper bien, porque Sergi se lo merecía ya hace mucho, pero con nuestra presión, la de Javi B, los demás compañeros de Villava... y mi presión también, ha ido cumpliendo muchísimo (hasta que ha tenido que ir a una clase un sábado por la mañana, porque le dije que iba a entrenar). Y también, claro, Sergio deseaba muchísimo su cinturron hace tiempo.

A mi, me encantó ver el examen de Guillermo, que tuvo lugar después de el de Sergi y yo. Guillermo y Ricardo, del Dojo Adaka, se examinaron también con Pablo, del Dojo de Larraina y que conocía sólo de vista. De los 3, la vista me daba unicamente para ver el de Guillermo, que me encantó porque para mí, se podía apreciar muchísimo el estilo transmitido a él por su Sensei Miguel Ángel. Cada uno tiene su estilo y manera de hacer Aikido, pero a mi me encanta ver y ser testigo de novedades tan interesantes y enriquecedoras. Por eso, me ha encantado ir de vez en cuando a los otros dojos con sus profesores, por ejemplo en Adaka o en el de Sarriguren.

 Estoy contentísima y feliz. Algunos han ido dejándonos en nuestro dojo de Villava, y una presencia con la que contaba era la de Dani Goñi. Pero la vida es la vida y cada uno tiene sus olas, mareas, y océanos.... Yo no quiero abandonar, por algo si ya dejé, pero más que nunca, creo muchísimo en mis compañeros de Budo, en Villava, que es el lugar donde aprendemos muchísimo, y también donde nos reímos y hacemos cualquier tontería. Muy agradecida, siempre.

 Mis padres en los Estados Unidos y Francia seguramente que piensan que estoy "viviendo mal" por la no-existencia de dinero en mi Arte (porque es mi pura realidad que la gente suele pensar de mi arte como algo inecesario, no hay cultura de comprar el arte y de apreciarlo, de cogerlo con ternura y amor, de coger el tiempo para intentar de intender mi talento emocionalmente y intelectualmente, de profundamente sentir todo lo que quiero contar en mis obras, y para mi es una verguanza aquí en Navarra que tengo que vivir), pero tampoco creoque mis padres saben de lo bien, y de lo esencial que estoy pasado con mis compis y mi novio en esta disciplina de Aikido. Sin ello, claro, seguro que habría otra cosa, pero tampoco estoy fatal en todas las parte de mi vida! (En la parte de mi Arte, si que estoy fatal de verdad, pero no por mi, porque sigo creciendo en mi, lo demostra creo en mi última exposición 'Homenaje Azul,' pero si no que 'fatal,' por la parte de la gente, de mi público.) Pero al final, tanto como a mi Arte, no podría vivir sin el Aikido porque esta disciplina ha transformado mi cuerpo, mi espíritu, mi alma. A mi me asombra por ejemplo que en el arte de Iaido, las manos se transforman en ojos—osea: la mirada se queda por adelante, pero todo lo que surge del cuerpo, uno ya lo sabe, sin necesidad de echar un vistazo, y lo voy asimilando y digiriendo cada vez más.

 Por fin, termino este post con mis fotos preferidas tomadas por mi muy agradecido compañero Eduardo de Villava, y unas fotos sacadas con mi Uke Gorka, mi profesor Javier y mi recién estrenada: la Hakama negra. El año que viene, mismo post pero con el cinturón Negro!!!! Agradecimientos por los/mis lectores.